Cualquier excusa es buena para cocinar un dulce. La mía es la mejor de todas: Tenía un bote de cabello de ángel rondando por la despensa, y como tengo en casa a un “anti cabello de ángel” retrasaba el momento de hacer algo con él.
Esta mañana vi que tenía una lámina de hojaldre en el congelador e inmediatamente me vino a la cabeza el famoso botecito, así que en un plis tenía hechos estos pastelitos, que están dulces y cariñosos como ellos solos. Con los retales que sobraban de hojaldre, preparé unos churritos, de los que también dieron buena cuenta. Te vienes con mi botecito?
Ingredientes:
1 lámina de hojaldre (yo la usé redonda)
2 manzanas
1 bote de cabello de ángel
zumo de 1/2 limón
azúcar
mermelada de melocotón o albaricoque
- Extendemos el hojaldre y con un cortapastas o un vaso, cortamos círculos, o la forma que queramos. Los vamos colocando en una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado.
- Pinchamos los discos de hojaldre con un tenedor, para que no suba mucho, y los cubrimos con el cabello de ángel
- Pelar las manzanas, y cortarlas en rodajas de media luna, muy finas. Las regamos con el zumo de limón para que no se exiden.
- Vamos repartiendo la manzana sobre el cabello de ángel y las espolvoreamos con azúcar.
- Las horneamos con el horno precalentado a 200º durante 20 minutos.
- Con el hojaldre sobrante hacemos unas tiras, las enrollamos sobre sí mismas y las pintamos con cabello de ángel si nos ha sobrado, o espolvoreamos con azúcar y lo horneamos igual que nuestros pastelitos.
- Cuando salgan del horno, pintamos la superfície con la mermelada.