Hoy me atreví con esta receta, sacada del libro de El Comidista…resulta que la receta data del año 1400, del sur de Italia. Se tenían siempre en casa, para cuando llegaran invitados se servía con un vino, para mojar…si sisisi se mojaban los tarallis en el vino.
Como me picó la curiosidad estuve buscando y casi todas las recetas que encontré eran dulces y no saladas…otro día pruebo una dulce..a ver qué tal.
Son como los palitos salados que compramos, de pan crujiente, pero más ricos caseritos y con un sabor que no deja indiferente, muy muy sencillos de hacer, que los hice mientras preparaba el almuerzo. Ah!! y a parte deja toda la casa perfumada de romero…están…deliciussss
Duran muchos días en una caja de galletas, tapada.
TRADICIONAL
Ingredientes:
400g. harina
150g. vino blanco
120g. aceite
1 cta. de romero
1 cta. ajo en polvo
1 cta. sal
Preparación:
– En un bol poner la harina, la sal, el ajo y el romero y mezclar bien.
– Añadir el vino y el aceite y mezclar hasta integrar los ingredientes, con las manos
– Poner una cacerola con agua abundante a hervir
– Encender el horno a 200º
– Coger trocitos de la masa y hacer un cilindro con las manos, y dar forma de lacito (o de lo que queráis) cerrando bien las puntas para que no se abran.
– Cuando el agua esté hirviendo (pero bien eh?) se echan los lacitos y se dejan hervir hasta que floten a la superfície.
– Sacar con una espumadera y colocar en una bandeja de horno con papel sulfurizado
– Hornear 30 minutos hasta que queden doraditos.
Mi queridísima Yolanda ya ls hizo, y para muestra un botón, que pintazaaaa más buena!! gracias Yoli:
